La neurociencia ha sido la disciplina científica que probablemente haya hecho más aportes al aprendizaje y a la educación. Esto debido a que se han realizado descubrimientos importantes a lo largo de tres décadas. Investigaciones en cuanto al cerebro han arrojado luz sobre su funcionamiento y cómo es la forma en que se aprende. Es así como se ha planteado una nueva manera de educar a los más pequeños en las escuelas. Para lograr establecer mejores modelos de enseñanza – aprendizaje.
Nuestro cerebro tiene una capacidad de acoplamiento enorme y es probablemente el órgano más complejo que haya sobre la Tierra. Dicha adaptación la logramos a través de múltiples entornos de índole sensorial. Por tal razón, se ha descubierto que nuestro cerebro no es para nada estático o rígido.
Gracias a los últimos proyectos científicos sobre la neurociencia y la biología del aprendizaje, el desarrollo integral de nuestros estudiantes es casi un hecho. Además, es coherente con los recientes planteamientos pedagógicos que especialistas han realizado a lo largo de los años.
La neurociencia contribuye en muchos niveles
Cuando se habla de neurociencia, no se manifiesta solo de aprender en un aula de clases. Estos estudios especializados del cerebro han sido beneficiosos para otras áreas de la vida en la que nos desenvolvemos. Incluso, en la forma en la que nos alimentamos. Por esta razón, estos estudios especializados abarcan muchas más cosas que el simple aprendizaje que se obtiene en las escuelas.
Neurogastronomía, la capacidad de poner los cinco sentidos en la hora de comer
Como sabemos, los sentidos se ven influenciados y estimulados por el cerebro. Por ello, este órgano se encuentra implicado en el proceso de la degustación. La neurociencia en este caso, ha encontrado el camino para que se hagan platillos personalizados para cada comensal. Esto en función de lo que realmente les gusta.
Los avances entre la neurociencia y la gastronomía no solo son para elevar el gusto al comer. Incluso, es de mucha ayuda para los que han perdido el sabor y el gusto. Lo que se le conoce como ageusia. Incluso, chefs pasteleros famosos han experimentado con preparaciones de chocolates personalizados para personas afectadas por este trastorno.
Lo han llevado a cabo a través de los recuerdos y experiencias de los pacientes. Como resultado, volvieron a sentir el sabor del chocolate, gracias a que algunas partes del cerebro relacionadas con ello, se estimularon. Afortunadamente, estas áreas se activaron y pudieron volver a saborear un postre.
Del mismo modo, la neurogastronomía puede servir para ofrecer a las personas un menú completo a partir de los sabores que retiene en su memoria. Especialistas afirman que se puede utilizar para resolver deficiencias nutricionales, sobre todo, en pacientes que padecen de cáncer. Además, puede servir para aquellas personas que han perdido el gusto y rechazan la comida al no poder degustarla como quieren.
Contribuye en disciplinas relacionadas con la música
En cuestiones de música y su relación con el cerebro, esta ciencia ha trabajado bastante en temas que guardan relación. Es tanto así que siempre percibimos la música como algo simple y la escuchamos de manera natural. Lo cierto es que es derivada de numerosas y complejas articulaciones neuronales, las cuales estimulan al cerebro casi en su totalidad.
La capacidad de producir, escuchar, interpretar y sentir música, conlleva a la utilización de todas las partes de este órgano. Tanto es así que algunas investigaciones han dado como resultado que la música podría haber sido parte de la evolución humana. Diversos especialistas en neurología concuerdan en que algunas áreas del cerebro que controlan y permiten los movimientos, responden a ciertas melodías musicales.
Este desarrollo cerebral se debió a que se necesitaba fomentar el movimiento de forma colectiva. En términos evolutivos, esto sirvió para que las primeras comunidades estuvieran fuertemente unidas en torno a ritmos musicales.
De igual manera, las investigaciones sugieren que la música actúa sobre nuestro cerebro con respecto a las emociones, el movimiento corporal y, por supuesto, el lenguaje. La música incide en el desarrollo cerebral de manera tal, que estos tres factores se pueden suscitar simultáneamente en un individuo cuando escucha la música que le gusta.
Influye significativamente en los deportes
Por algo, se ha hecho muy popular la frase: “mente sana en cuerpo sano”. Pues bien, la neurociencia tiene mucho que ver en los deportes de alto rendimiento, sea cual sea su disciplina. Esto debido a que un atleta no solo debe tener un estado físico excepcional. También, debe estar al 100% en aspectos mentales y psicológicos.
Precisamente en cuanto a concentración mental, estado de ánimo y estabilidad psicológica, es que esta ciencia se ha involucrado de lleno en el deporte. Cuando se involucra el aspecto de la ciencia adaptada al funcionamiento del cerebro, estamos hablando de que un deportista puede tener un mejor control del estrés y de la ansiedad. Así como también, tener la capacidad de tener sus emociones en sintonía con el entorno.
Por ejemplo, la neurociencia aplicada al fútbol se centra en averiguar qué es lo que pasa en las funciones cerebrales de un jugador cuando, por ejemplo, está frente a un partido decisivo. De igual forma, esta ciencia contribuye en esta disciplina en averiguar la forma en la que el cerebro se comporta cuando un futbolista está sometido a emociones fuertes. Tales como la alegría y la ira. Además, puede determinar la relación entre estas emociones y su desempeño en los partidos, por ejemplo.
La neurociencia abarca muchos espacios comunes a los seres humanos
Las disciplinas que mencionamos anteriormente son solo algunas de las que la neurociencia ha logrado intervenir para emitir resultados satisfactorios. Por esta razón, se están realizando cada vez más investigaciones en torno al funcionamiento de nuestro cerebro. Incluso, son muchos los profesionales que se están interesando por esta disciplina tan requerida y tan conveniente para nuestro aprendizaje.
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